Nacho Fernández tendrá en el derbi la oportunidad de seguir demostrando que se merece tener mucho más minutos en el Real Madrid. El canterano será titular ante el Atlético de Madrid, ocupando el lateral izquierdo del equipo blanco. Sin Mendy y Alaba, Ancelotti no hará probaturas y apostará por el de Alcalá de inicio. Una decisión que es totalmente lógica. Más si cabe tras su exhibición en Anfield, donde secó a Salah.
Nacho tendrá por delante partidos de nivel donde una vez más quiere demostrar que se merece mucho más protagonismo del que le suelen dar. Jugará contra el Atlético en Liga y contra el Barcelona en Copa del Rey si no hay ningún contratiempo. Dos partidos importantes para un jugador que está acostumbrado a que temporada tras temporada tenga que hacer más que muchos de sus compañeros para terminar teniendo minutos.
La situación de Nacho en estos momentos es complicada. El defensa acaba contrato el próximo 30 de junio y tiene que decidir su futuro. El Real Madrid le va a ofrecer la renovación y será el propio jugador el que tendrá que decidir si la acepta o no. Las próximas semanas serán claves, pero jugar y sentirse importante será bueno para que se decante por una continuidad que todos quieren dentro del club.
Las dudas de Nacho
El propio Ancelotti aseguró en rueda de prensa que le «gustaría seguir viéndolo en Valdebebas en vez de en la tele». «Lo veo todos los días y ha pasado un momento en el que no estaba feliz. Conmigo no se ha quejado y ha seguido sufriendo el periodo que no ha jugado. Ha sido un profesional y en el momento que le necesitaba siempre ha cumplido», añadió
Nacho tiene dudas y en los próximos meses debe decidir qué hacer con su futuro. El canterano reveló ante los periodistas que lo ha pasado muy mal esta temporada. Tras ser titular en Almería en la primera jornada de Liga, en los siguientes 10 partidos sólo participó en tres. Fue señalado por Ancelotti y su cuerpo técnico por la acción del primer gol de los andaluces. Tampoco le sentó bien lo que pasó recientemente en el Mundial de Clubes, cuando el italiano apostó por Alaba después de que el austriaco hubiese sufrido una gastroenteritis en los días previos al torneo.